viernes, 27 de noviembre de 2009

Cuento con historia

CON AROMA A ROSAS

El tren bufa con aullidos metálicos y conspiradores, que me indican que un pueblo o ciudad está cerca.
Mis compañeros, acurrucados empiezan a desperezarse en silencio, con los ojos cansados y tristes , los huesos doloridos de días de viaje. Pegados unos a otros, protegiéndose de lo desconocido, las caras tostadas por el sol bostezan intranquilas .Son todos provincianos del norte
Me incorporo lentamente, solo el campo y el ruido del tren, a lo lejos algunas luces me dicen junto al paso monótono ,que nos vamos deteniendo, no veo carteles que indiquen donde estamos, parece ser que será otra estación abandonada en el medio del campo.
Sin embargo detrás del monte y de la curva aparece como por encanto la estación iluminada.
Rápidamente todos corremos intentando alcanzar las ventanillas, nos volvemos ágiles a pesar de nuestros borceguíes duros y de nuestra ropa pesada de fajina Somos soldados, todavía ni sabemos donde vamos …Un sargento dijo al sur .Pero… ¿ por qué nosotros tenemos que ir tan lejos, o solo los provincianos somos soldados?
Busco en la chaqueta uno de los tantos precarios papelitos con mi nombre y dirección , para que avisen a casa, a la abuela que está sola y a cargo de todo desde que mamá se fue a buscar trabajo a la capital y nunca más supimos de ella.
Pobrecita, la abuela, tan gastada por el paso del tiempo, lavando ropa para afuera desde que estoy en la colimba por que mis hermanos tienen que comer .Antes yo trabajaba en el almacén del Pancho pero ahora ella tiene que rebuscárselas.
El golpe de mi compañero en mi espalda, me trae a la realidad, ¡dale Mario!, me dice, ¡movete así pasamos la dirección!.
Los gritos de la gente, las palabras de aliento, los chocolates y cigarrillos que nos alcanzan, todo es una vorágine calurosa entre el humo y el sudor.
La gente está casi sobre el tren, extiendo mi mano y veo como en un sueño una señora que se acerca a tomarlo Me estiro, levanto los ojos y está allí, tiene una mirada dulce, es tan linda y ese perfume como a rosas…, se parece tanto a ella.
Me estiro , la llamo : Señora…, ella vuelve a estirar su mano y con las punta de sus dedos, roza los míos y toma el papelito. ¡Por favor escriba! , le pido .Ella me vuelve a sonreír y por un instante siento que estoy en casa.
El silbato áspero, metálico y quejumbroso vuelve a resonar, y el lamento acerado de los hierros en movimiento acelera la partida.
Ella mira en tanto el papelito y su rostro palidece, se torna ceniciento cual el humo.
Corre a la par de los vagones junto al tren que se desliza, “Mario” grita y yo recorro el camino inverso tratando de aferrarme a esa vos, a esa imagen, a ese aroma conocido Nos alcanzamos en la entrada posterior del vagón y con un movimiento desesperado se saca el rosario amarillento y perfumado y casi me lo tira para que lo agarre.
Yo lo aferro y me aferro a ese momento del adiós, tan parecido al otro, al del día que partió .Me aferro, lo beso, me consuelo y miro distraído el nombre del pueblo.
Todo lentamente y acompasado por el ruido del tren vuelve a la calma, .A mi alrededor los soldados vuelven a sus asientos, abren sus chocolates, fuman sus cigarrillos, Yo como un niño asustado, me acurruco abrazando el rosario y me encomiendo a dios.

CLARA /MAYO 2009

2 comentarios:

  1. MARAVILLOSO TRABAJO REALIZADO POR DOCENTES Y ALUMNOS
    FELICITACIONES POR EL SITIO Y PIU AVANTI

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  2. nos gusto mucho las poesias y cuentos realizados por los alumnos de la escuela Nº8 de del carril.
    Belen Marinacci, Karen Passucci, Bianca zampelunghe, Camila Federico, Ailen Bianchi, Clarisa rico, Evangelina algañaraz, daiana marco.

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